Un poquito de historia... La Guardia Pretoriana...

Introducción

Esta orden de guerreros sin duda alguna contó con algunos de los más aptos y eficaces soldados de elite de la historia antigua. Irónicamente no son recordados por sus destrezas en el campo de batalla y heroicas victorias, sino que lo son por su nefasta corrupción y manipulación política. La Guardia Pretoriana está rodeada de un halo de presunciones y prejuicios que históricamente son parcialmente ciertos. Lo que empezó como una fuerza especial de protectores del Emperador y su familia, en si protectores de la Institución Imperial, nefastamente terminó convirtiéndose en uno de los mayores causales de la corrosión y deterioro de ésta misma. Tristemente los Pretorianos son célebres no por su sentido original sino por sus acciones posteriores. Producto del accionar de una fuerza corrupta y descontrolada que sentía ser omnipotente al punto de ser quien decidiera el rumbo del Imperio. Famosos son los episodios de Emperadores asesinados directa e indirectamente por la Guardia, y aun peor por los elegidos por la misma. Sin embargo los Pretorianos no siempre fueron un brazo de corrupción extrema, como veremos en éste artículo, hubo un tiempo, aunque muy breve, en que la Guardia realmente representaba los intereses de Roma.

Etimología

El significado etimológico de la palabra Pretoriano está muy ligado a Roma y su pasado. Durante las campañas militares el Comandante en Jefe de un ejército, como un General y muchas veces un Pretor, tenían su propia porción especial dentro del campamento o fuerte, denominado Praetorium -Pretorio en español-. Para evitar asesinatos de traidores o infiltrados enemigos éstos hombres escogían de entre sus filas a sus mejores soldados, quienes los protegerían de cualquier atentado. No solo tenían la función literal de la protección sino que también existía un condicionamiento psicológico en contra de cualquier atacante, o en el peor de los casos de un agitador. Solo alguien o muy valiente, o muy tonto, se atrevería a cometer un atentado en un area guardada por los hombres de elite. De esta manera se nos hace simple entender el significado de la denominación Guardia Pretoriana, nada más ni nada menos que: "guardias del comandante", o más semánticamente: protectores del recinto del comandante.

 

Origenes

Según el historiador Will Durant, en su trabajo Historia de las Civilizaciones, uno de los primeros registros escritos existentes de una guardia especial, cuya función fuera la de proteger al comandante y denominada Guardia del Pretorio, se da con Escipión. Marchando a Numancia con todo su ejército era a la vez escoltado por una Guardia de 500 hombres, "amigos" del comandante, que en realidad eran nada menos que una cohorte especial de guardaespaldas. Finalizada la campaña la cohorte especial se disuelve, pero la característica de ésta campaña se haría costumbre y ya sería la norma que cada comandante contara con una Guardia. Sin embargo esto no era algo muy extraño ni muy alejado; los mismos Extraordinarii, como su nombre lo indica soldados de elite, ya venían protegiendo comandantes desde hace mucho tiempo.
César, Pompeyo, Marco Antonio y todos los hombres de que participaron en la Guerra Civil, que tanto influenciaría a Augusto, poseían una Guardia propia de escoltas, incluso el mismo Augusto contaba con una. Es así, que tanto basado en la costumbre como en la necesidad de una protección no solo personal sino institucional, dado el tambaleante estado de la situación política Romana, Augusto crea formalmente una guardia especializada en el año 13 AC. Denominada Guardia Pretoriana su función sería la de proteger no solo al Emperador y su familia sino que también a las instituciones y los palacios gubernamentales.

 

 

 

Emplazamiento de las cohortes, cantidad de unidades y estructura

Infantería
Augusto dentro de su magnánima inteligencia y capacidad estratégica, algo de lo que carecieron los Emperadores posteriores que permitieron la degeneración de la Guardia, sabía que no debía por eliminar un mal menor crear un mal peor. Por esto cuando crea la Guardia se asegura de que ésta exista de una manera totalmente descentralizada, quitándole toda posibilidad de organización y poder de confabulación interno. Si bien la Guardia era la única fuerza militar permitida al Sur del Rubicon, ésta igualmente se encontraba fuertemente fragmentada. Según Suetonio sabemos que de las nueve legiones que la conformaban solo tres se encontraban en los alrededores de Roma; mientras que las seis restantes estaban distribuidas entre los pueblos circundantes de la Capital del Mundo. En un principio cada cohorte contaba con 500 hombres, sumando aproximadamente un total de 4 mil hombres. Poco tiempo después el número se subiría a 12 cohortes; pero volvería a 9 muy rápidamente ya que 3 cohortes serían transformadas en Vigiles, es decir cohortes urbanas de vigilantes que se transformarían en la primer fuerza policiaca de la historia. El número de las unidades por cohorte no permanecería estable tampoco, ya que de 500 hombres luego se incrementaría a casi unos mil. Debido a que es casi imposible saber la cantidad exacta de hombres que servían en cada cohorte, el siguiente cuadro no debe ser tomado como algo exacto. Sino como una aproximación muy cuidada de la cantidad posibles de hombres a lo largo de las épocas.

Periodo
Cambios significantes en la estructura de la Guardia
Cohortes
Hombres
Augusto
Crea la Guardia, originalmente 9 cohortes de unos 480 hombres cada una. Cada cohorte estaba dividida en 10 Centurias.
9
4500
Caligula
Calígula vuelve a incrementar el número de cohortes a 12. Anteriormente con Augusto hubo 12 cohortes pero 3 fueron convertidas en Vigiles.
12
-
Vitelio (69 DC)
Debido a los problemas con la Guardia disuelve las unidades y forma 16 cohortes con hombres de su confianza.
16
8000
Vespaciano
Disminuye el número de cohortes nuevamente a 9.
9
5000
Domiciano
Aumenta el número a 10 cohortes. La Guardia permanece con esta cantidad de hombres hasta que es disuelta.
10
10000

 

 

Caballería
Aparte de las unidades de infantería la Guardia Pretoriana estaba compuesta por un experimentado grupo de jinetes, los turmae. Al igual que los soldados éstos hombres eran elegidos de entre los mejores jinetes de las diferentes ramas del ejército Romano. Cada unidad de caballería estaba compuesta por 30 jinetes; y al igual que el número de infantería la cantidad de unidades por cada cohorte también fue variando a lo largo del tiempo. Con Augusto nos encontramos con 3 unidades, que posteriormente fueron incrementadas a 5, para terminar con 10 unidades por cohorte en el siglo 3 dc.

 

La Castra Praetoria
Como hemos anteriormente dicho, en un principio la Guardia estaba segmentada en diferentes cohortes distribuidas por toda Italia. Esto no era casual. Siendo Augusto un genio de la política sabía que no podía darle un poder verdadero a una fuerza armada tan formidable. Con la muerte de Augusto, el único Emperador que realmente tuvo control total sobre la Guardia, también muere la lealtad de ésta. El Prefecto Pretoriano Sejano, tras un manipuleo de intereses y presión política -no por nada Tácito se referiría a éste como: "Un pueblerino embustero"- logra convencer al Emperador Tiberio de reunir a todas las cohortes de la Guardia en un fuerte a las afueras de Roma, bajo la excusa de poder contar constantemente con las tropas a su disposición. La razón por la que Tiberio acepta es uno de los acontecimientos más bien documentados de la historia. Tiberio en ese momento se encontraba alejado del mundo de la política, y totalmente paranoico de las intenciones de sus rivales. Tiberio no era Augusto, ni siquiera podía llegar a ser la sombra de lo que éste fue, y los senadores y magistrados lo sabían bien. Este rechazo mutuo y la paranoia anteriormente mencionada lo llevaron a depositar su confianza en Sejano y a darle el visto bueno para construir la Castra. La aceptación de Tiberio hacia ésta propuesta fue un error mortal que le dio a los Pretorianos ese poder de organización propia, que Augusto tan inteligentemente había evitado cuando creó la Guardia.
Creada el año 23 dc e inaugurada la Castra se convierte en le campamento permanente de la Guardia. Se ubicaba estratégicamente en la más baja de las colinas de Roma -Collis Viminalis en Latín o Colina Viminalia en Español-. Sus dimensiones eran un poco más inferiores que las de un campamento estándar de una legión. Sin embargo estudios arqueológicos recientes demostraron que las barracas estaban compuestas por varios pisos, e incluso poseía asentamientos empotrados directamente en los muros. Razón por la que el número de hombres viviendo en ésta pudo ser muy superior al que a primera vista se puede asumir. Su tamaño y características fueron variando a lo largo del tiempo, y las diferentes capas del muro exterior que aun sobreviven son testigos mudos de las ampliaciones y modificaciones de la pared principal. Dentro de la más importante de estas modificaciones se encuentra la llevada a cabo por Aureliano en el 271 dc, quien otorgara múltiples implementaciones defensivas y un incremento considerable en la altura de los muros y las torres de defensa.

 

 

Modificaciones considerables por parte de los Emperadores

Emperador
Accionar con respecto a la guardia
Augusto El creador de la Guardia Pretoriana, y el único Emperador que logró controlarla y tener su lealtad total.
Tiberio Con el comenzaron los desbordes de la Guardia. No solo permitió que Sejano, un personaje corrupto y ambicioso, tomara control de ésta. también permitió la construcción de la Castra Pretoriana.
Vespaciano Redujo el tamaño de la Guardia, con el fin de hacerla más fácil de controlar.
Adriano Crea los Fumentarii
Septimo Severo Desarticula la Guardia y crea una propia de sus leales legiones. De ahora en más ya no se reclutarían más civiles, sino solo a hombres de su legión.
Diocleciano Corta el poder de la Guardia, haciendo algo que debió llevarse a cabo hace siglos.
Maxentius Fue el último Emperador en tener a la Guardia bajo su mando.
Constantino Tras su victoria elimina la Guardia Pretoriana y destruye por completo la Castra Preatoria.

 

 

 

 

Elite de la elite, los Speculatores Augusti

Los Speculatores Augusti era la porción de la Guardia que estaba directamente protegiendo al emperador. Eran los que lo rodeaban y protegían a todo momento, y los encargados de su bienestar. Comandandos por un Centurión especial, el Centurio Speculatorum, caracterizado por ser el más prestigioso y mejor de todos los comandantes de campo. Una de sus características princípiales, a nivel insignias, era la utilización de unas caligae especiales.

 

Estructura de mando, rangos y requerimientos

Alto mando
En un principio eran comandados por tribunos del orden ecuestre quienes tenían la tarea de administrar una cohorte en particular. Si bien esto era acorde a los planes de Augusto, es decir de mantener a la Guardia lo más descentralizada posible, probó ser poco eficiente. Por lo que en el 2 ac Augusto divide el mando de la Guardia en dos Prefectos Pretorianos -Quintus Ostorius Scapulo y Salvius Aper-. Logrando así seguir manteniendo un nivel aceptable de descentralización pero a la vez un poder organizativo más eficaz a las necesidades del Emperador.

 

Ingreso
Los legionarios que deseaban ingresar a la guardia, y debemos decir que era muy dificil encontrar un legionario que no lo hiciera fervientemente, debian primero pasar una serie de rigurosos examenes diseñados especificamente para solo permitir la seleccion de los mejores hombres. Estos examenes consistian en diferentes pruebas fisicas y de destreza. Como es logico asumir no a todo el mundo estaba abierto el examen de ingreso, de lo contrario se hubiera desbordado. Para poder realizarlo primero debian contar con varias recomendaciones de oficiales superiores.

Rangos
Para sumarizar y hacer más entendible la división de rangos, separaremos en un cuadro sinóptico los diferentes puestos y características.

Rango / cargo
Característica
Probatus El probatus no era mucho más que un aspirante. Si se contaba con una cantidad considerable de recomendaciones y se pasaban los exámenes físicos, el legionario serviría como Probatus.
Miles Gregarius Era un soldado ordinario de una cohorte. Ya probado como digno de la Guardia. Equivalía al Miles Gregarius de las legiones regulares pero con la diferencia que pertenecía a la Guardia Pretoriana. La gran mayoría de los Pretorianos permanecía en este cargo durante toda su carrera.
Immunis Tras una gran cantidad de años de servicio el Miles Gregarius podía convertirse en un Inmunis. Este era un Guardia especializado en tares técnicas o del orden administrativo. Estas tareas eran, por ejemplo, singulares tribuni: guardaespaldas del Tribuno o, beneficiarius tribuni: Secretario del Tribuno.
Principalis Pocos Pretorianos eran ascendidos a este rango, que les habria las puertas a rangos de mayor importancia.
Signifier Era la unidad que portaba el estandarte. Un gran honor y prestigio se le otorgaba a este hombre.
Optio Era el segundo jefe de la Centuria.
Principalis Mayor Una designación especial donde el soldado cobraba el doble del sueldo. Esto se debía a su heroísmo, servicio intachable o alta eficiencia. Los Principales mayores llegaban a ocupar tareas tan altas como evocati: una especie de Centurion secundario; beneficiarius praefecti praetorio: El secretario del prefecto,
Centurion Pretoriano El puesto soñado y codiciado por todos los soldados de Roma.
Trecenarii Un gran prestigio ocupaban los hombres que fueron Trecenarii, ya que éstos eran los que fueron Centuriones tanto de una cohorte urbana, una cohorte de vigiles y una cohorte pretoriana.
Tribuno Comandaban una legiósn durante un año. Para acceder a éste cargo primeramente debían haber sido Trecenarii.
Praefectus Praetorio Era el cargo máximo de la Guardia Pretoriana, el equivalente a un Comandante en Jefe.

Cada aumento de rango no solo significaba un aumento en el sueldo del soldado, sino una ganancia a nivel prestigio que le daba un mayor status social.

 

 

 

Características y beneficios

Equipo
El equipo de batalla de la Guardia no era fundamentalmente diferente al de las legiones ordinarias. Es lógico, si tenemos en cuenta que en el campo de batalla la Guardia debía de adaptarse al sistema de batalla Romano. El cual se caracterizaba por su estructuración y eficiencia. Sin embargo un detalle destacable es la simbología Republicana que existía en sus armaduras de gala, esto debido a que Augusto trató bajo todos los medios de mostrar, ante la opinión pública, una transición extremadamente gradual en el cambio del tipo de gobierno Romano. Temía que si el pueblo sentía, definitivamente, la muerte de la República éste se alzaría. Razón suficiente para hacer ver, ante el pueblo, a su Guardia especial como una unidad republicana y no como un conjunto de fuerza militar Monárquica o Imperial.
Cuando el Guardia se encontraba custodiando a una figura importante, o un edificio del gobierno, en el recinto sagrado de la ciudad, donde estaba vetada la existencia de hombres armados, estos lo hacían silenciosamente. Vistiendo una toga o una doble túnica escondían sus Gladius entre sus ropas. así podían vigilar y custodiar armados a los personajes o edificios que residían en dicho recinto sin levantar una crítica muy amplia.

 

Sueldo y ganancias adicionales
Actualmente la cifra exacta está muy cuestionada, y es que es muy difícil realmente saber con exactitud cuánto percibían éstos soldados. Los datos más aceptados en la actualidad son los siguientes: Un pretoriano cobraba el doble que un legionario, algo que decididamente no le agradaba al común denominador del ejército. De aproximadamente 500 denarios de plata anuales en un principio, Augusto luego incrementaría esta cifra a 750 denarios anuales.
La particularidad del ejército Romano es que además de su sueldo los hombres contaban con las ganancias de los Donativos. Estos eran premios que se daban durante los triunfos o festejos, que generalmente representaban sumas muy altas, incluso superiores al sueldo de dos años. Los Pretorianos no eran ajenos a estos premios, y de hecho, recibían sus Donativos especiales, al punto que se les hizo un vicio. Cuando en el 51 ac se descubre una conspiración para asesinar a Tiberio, éste les otorga un Donativo de 1000 denarios por premio por su lealtad. Los pretorianos no olvidarían el "regalo" y comenzarían a hacer un deporte de cobrar Donativos por parte del Emperador. Tan extremo era el caso que en una oportunidad Claudio, quien fuera puesto por la Guardia misma, como premio les otorga el equivalente a 5 años de paga.

Servicio
Las ventajas que obtenía el pretoriano no eran solo económicas, originalmente el legionario servía por un lapso de 16 años antes de poder retirarse mientras que el Pretoriano solo debía cumplir con 12 años de servicio. En el año 5 dc el tiempo de servicio se aumenta para ambos, el legionario de aquí en más debía cumplir con 20 años de servicio y el pretoriano con 16 años para poder retirarse. Probablemente el servicio fue aumentado a 18 años con Séptimo Severo.

El Escorpión
Ya que fue Tiberio el que, con la fundación de la Castra Pretoriana, les otorgó un poder enorme, la Guardia lo honraría tomando como estandarte su símbolo zodiacal, el escorpión.

 

Corrupción y excesos

A lo largo de éste articulo hemos citado los causales que llevaron a la Guardia a convertirse en una fuerza tan poderosa que tuvo a merced a varios emperadores y políticos Romanos. Incluso instauraron dictaduras militares o vendieron el Imperio al mejor postor; sin olvidarnos de los macabros y nefastos Delatores, quienes tras luego de una denuncia de "traición" podían asesinar una familiar patricia y repartir sus bienes. Sejano, poniendo la excusa de que hombres leales a Germánico querían destronar a Tiberio, se valdría de éstos Delatores para saquear y robar a las familias más ricas de Roma bajo falsas acusaciones de traición.
No exageramos al decir que tenían las riedas de la política Romana, era normal la caída y subida de emperadores de acuerdo con la agenda de los intereses de la Guardia, incluso a sus mismos Prefectos que no aceptaban los excesos los hacían pasar por la espada. El siguiente cuadro citará a muy grandes rasgos el accionar de la Guardia en la política Romana.

Emperadores Asesinados y desterrados por la guardia

Emperador
característica de su deposición por la Guardia.
Caligula Primer Emperador asesinado por la Guardia.
Neron Expulsado.
Galba Asesinado.
Vitelio Expulsado, posteriormente ejecutado.
Domiciano Puesto en el poder por la Guardia y luego asesinado por ésta misma.
Nerva Muere durante el ataque realizado por los Pretorianos.
Comodo Asesinado por el Prefecto Pretoriano.
Pertinax Asesinado por la Guardia (luego de solo 86 días de haber sido elegido Emperador).
Caracalla Asesinado por Macrino, quien era Prefecto Pretoriano.
Elagabalo Asesinado por la Guardia en la mismísima Castra Praetoria.
Balbinus / Balbino Asesinado por la Guardia.
Pupienus / Pupieno Asesinado por la Guardia.
Gordiano III Puesto por la Guardia y asesinado por su Prefecto.
Aureliano Asesinado por la Guardia.
Probus / Probo Asesinado por soldados de la Guardia.

Emperadores elevados por la Guardia.

Emperador
Modo en que subió al poder
Claudio Puesto por la Guardia.
Otón Puesto por la Guardia.
Tito Antes de ser Emperador fue Prefecto Pretoriano.
Dido Juliano Compró el Imperio a la Guardia por una fuerte suma de dinero.
Alejandro Severo Puesto en el poder por la misma Guardia.
Gordiano III Puesto en el poder por la Guardia (y asesinado por ésta misma como hemos mencionado en el cuadro anterior.)

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    Otro artículo distinto.....

 

La Guardia Pretoriana es sinónimo de muchas ideas, la mayoría de ellas con poco o ningún fundamento histórico. A través de los siglos nos ha llegado el nítido eco de un cuerpo militar de elite destinado a proteger a los emperadores romanos, un cuerpo que alcanzó en ciertas ocasiones tanto poder que fue decisivo en el alzamiento o la caída de emperadores y que tomó la costumbre de utilizar un equipo de gala anacrónico, con uniformes que eran vestigio de otros tiempos, tal y como hacen hoy en día todas las guardias reales del mundo.

La leyenda de la Guardia Pretoriana se ha alimentado vorazmente durante muchos siglos porque los cuerpos similares que hoy existen son herederos de ella. En realidad, fue lo que fue, y algunas veces, pocas veces, algo más. Pero en definitiva, la Guardia fue un cuerpo militar de elite destinado a la protección de la Familia Imperial que cuando entró en combate demostró una disciplina y capacidad militar admirables.

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Ilustración de Richard Hook (Ed. Osprey).

 

ORÍGENES DE LA GUARDIA PRETORIANA

La historia oficial de la Guardia Pretoriana comienza en los últimos años del siglo I aC y primeros del siglo I dC con Augusto, pero en realidad su historia real es mucho más antigua. El término Guardia Pretoriana significa "guardia del Pretorio", el pretorio era el lugar del campamento romano en el que se alzaba la tienda del comandante en jefe, de ahí su nombre. Durante la República, la escolta de los mandos del ejército estaba a cargo de los extraordinarii, una unidad especial seleccionada de entre las unidades de las legiones. La primera noticia convenientemente documentada que tenemos de una guardia personal creada ad hoc, especialmente para el caso, es la del año 146 aC en que Publio Cornelio Escipión Emiliano marcha hacia Numancia con su impresionante ejército y una cohorte formada por 500 amigos que formaban su escolta personal, puesto que acampaban junto al Pretorio, recibieron el nombre de Guardia Pretoriana. Aunque tras la guerra aquella unidad fue disuelta junto con el resto del ejército, a partir de entonces los comandantes romanos alistaron para sus campañas unidades especiales para su protección. Estas cohortes pretorianas no tenían distintivos especiales y las formaban o bien legionarios romanos o auxiliares. Julio César utilizó una unidad de españoles vinculados a el por la fides, el famoso juramento hispano. Precisamente fue la disolución de esta unidad lo que motivó que los canallas decidieran asesinarle cobardemente el 15 de marzo de 44 aC.

Iniciada por estos miserables la guerra civil y vengada la muerte de César, Octavio y Antonio conservaron sus cohortes pretorianas que según Apiano alcanzaban los 8.000 hombres, lo que nos da unas 16 cohortes, aunque en una época en la que había por el mundo decenas de legiones paseándose no resulta tan excesivo. Tras la victoria sobre Antonio, Octavio fusionó su ejército con el de Antonio en un acto simbólico que pretendía retomar la situación que dejó César, con un ejército unido y sin discordias.

En el año 13 aC Octavio, ya Augusto, emperador de Roma, reglamentó a la Guardia Pretoriana como unidad especial militar cuya función era la protección de la Familia Imperial. Entonces un legionario servía 16 años en las legiones, pero si cumplía servicio en la Guardia se rebajaba a 12 años. Según Tácito, en el año 5 dC fue cuando se adoptó definitivamente el servicio de 20 años en las legiones y 16 en la Guardia. Tras su victoria, Octavio, dueño del mundo, desmovilizó la mayor parte del gigantesco ejército que había tomado parte en las guerras civiles dejando operativas unas treinta legiones y reduciendo el número de cohortes pretorianas a nueve, según Tácito. Suetonio nos aclara que de ellas tan sólo tres estuvieron destinadas en los alrededores de Roma mientras las otras seis se repartían por Italia.

Es importante destacar que en esta época, Augusto no era un "emperador de Hollywood" ¡NI MUCHO MENOS! Augusto era el primus inter pares, el primero entre iguales, y sobre todo era el Imperator, es decir, el comandante en jefe del ejército (de ahí el término emperador). Pero absolutamente ningún distintivo especial le diferenciaba del resto de ciudadanos romanos. Augusto vivía en su casa del Palatino (casa que aún hoy podemos ver) y vestía su toga de ciudadano romano con su túnica mostrando su latus clavus púrpura de senador. Es posible que ni siquiera usara la toga praetexta de los magistrados en ejercicio si no ejercía una magistratura como el consulado (si no conoces todos estos términos o cómo se vestían los romanos ve al capítulo LOS ROMANOS EN LA ÉPOCA DE CÉSAR). Por ello los primeros emperadores fueron especialmente cuidadosos en no hacer absolutamente ninguna ostentación de símbolos regios, ya que Roma, al menos oficialmente, aún era una república. Así pues, como estaba prohibido que tropas romanas permanecieran dentro del pomerium o recinto sagrado de la ciudad, los guardias debían vestir de paisano, sin ninguna ostentación de su condición militar pero con el gladius bien dispuesto oculto bajo los pliegues de la toga tal como apuntan Marcial o Tácito. O sea, como cualquier servicio secreto de ahora. En realidad, si pudiéramos viajar en el tiempo y vivir una semana en Roma nos daríamos cuenta de lo parecidos que somos a ellos en muchas cosas. No en vano nuestra Civilización es heredera de Roma hasta aspectos realmente insospechados.

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Ilustración de Richard Hook (Ed. Osprey).

Excelente ilustración de Richard Hook donde podemos ver, a la izquierda a un guardia pretoriano de servicio frente a la puerta de la casa del emperador Claudio. Viste la toga de ciudadano romano, pero se ve que está perfectamente armado, ya que el pomo del gladius hispaniensis sobresale ligeramente de entre los pliegues. Además calza las famosas caligae, las sandalias militares que generalmente sólo usaban los soldados. En el centro el emperador Claudio con su latus clavus de púrpura y los calcei negros, ambos distintivos de su rango de senador y a la derecha un miembro del orden ecuestre.

Hasta el año 2 dC el mando de cada cohorte de la Guardia Pretoriana lo ostentó un tribuno del orden ecuestre, un caballero, pero en ese año Augusto unificó el mando en dos únicos tribunos, los prefectos pretorianos. El tribuno de servicio ese día acudía cada tarde a la hora octava a casa de Augusto para recibir del emperador en persona el santo y seña.

 

EL CASTRA PRAETORIA

En el año 23 dC, con Tiberio como emperador, se inauguró el campamento permanente de la Guardia Pretoriana, el Castra Praetoria, situado en las afueras de Roma, en la colina del Viminal. Los impresionantes muros de este campamento aún pueden verse en Roma, en concreto los lienzos de las partes norte, este y sur, que acabaron formando parte de las murallas de Aureliano siglos más tarde. El campamento de la Guardia ocupaba unas 17 hectáreas de superficie, aproximadamente dos tercios de la superficie de un campamento para una legión. Según este esquema tendría capacidad para unos 4.000 hombres, aunque los benditos arqueólogos han descubierto estructuras posteriores, ampliaciones de los barracones de dos pisos y alojamientos dentro de las propias murallas, por lo que no es descabellada la cifra de hasta 12.000 hombres en momentos de apuro. Las murallas originales de esta primera época eran de hormigón revestido de ladrillo y su altura era de unos 3,5 metros. Hoy en día podemos ver esta primera fase de construcción perfectamente delimitada con los vestigios de sus almenas, torres y puertas, tal y como se muestra en la fotografía.

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Uno de los lienzos de las murallas del Castra Praetoria. Podemos distinguir perfectamente las huellas de las distintas ampliaciones.

Se considera a Tiberio como un segundo fundador de la Guardia Pretoriana, por la construcción del campamento y la decisión de reunir en él a todos los guardias. Por ello, la Guardia Pretoriana utilizó a partir de entonces como símbolo distintivo el escorpión, que era el signo zodiacal de Tiberio.

Tras la guerra civil de 69 dC Vespasiano reparó las murallas que quedaron tal cual hasta que a principios del siglo III se aumentó la altura. En el año 271 dC Aureliano rodeó Roma con sus impresionantes murallas de ladrillo que aún pueden contemplarse, englobando el campamento de la Guardia en el perímetro defensivo, lo que obligó a aumentar la altura de sus muros y torres para igualarlos con los de la muralla. En 312 dC Constantino venció a Majencio en la batalla de Puente Milvio y tras la victoria la Guardia desapareció, con lo que el lado del campamento que no formaba parte de las murallas de Roma fue desmantelado.

A partir de ese momento la Guardia Pretoriana desapareció de la Historia como unidad homogénea e histórica y cada emperador creó su propio cuerpo de guardia personal, pero su leyenda, una leyenda con más de trescientos años de existencia, permaneció viva hasta nuestros días.

 

COHORTES

¿Cuántos pretorianos hubo?. Imposible de saber a ciencia exacta, ya que la Guardia existió durante más de trescientos años y sólo disponemos de datos muy concretos referidos a periodos de tiempo aún más concretos.

Sabemos que Augusto organizó nueve cohortes, unos 4.000 hombres, posteriormente aumentó el número a doce y el los últimos años de su vida designó tres de estas cohortes como cohortes urbanas destinadas a servicio de policía y protección civil de Roma (los famosos Vigiles), con lo que el número de cohortes pretorianas volvió a ser de nueve. Tácito menciona nueve cohortes cuando habla de la inauguración del castra praetoria el año 23, bajo el mando del prefecto Sejano. Durante el reinado de Calígula (37-41 dC) el número volvió a aumentarse a doce cohortes. En el año 69 dC Vitelio disolvió las unidades y formó dieciséis cohortes con hombres de su confianza y Vespasiano volvió a reducirlas a nueve, número que parece mágico en este caso, como podemos ver. El psicópata Domiciano (81-96 dC) aumentó en una cohorte el número que pasó a ser de diez y con diez cohortes permaneció la Guardia hasta que Constantino la disolvió.

Cada cohorte debía tener unos 480 hombres divididos en diez centurias, exactamente igual que en una legión, por lo que las cifras en cada época son de unos 4.500 hombres con Augusto, unos 8.000 con Vitelio, unos 5.000 con Vespasiano y probablemente unos 10.000 en adelante.

 

ORGANIZACIÓN

Puesto que la Guardia era una unidad militar, su organización era la misma que la de una legión, ya que también podía entrar en combate y debía acoplarse perfectamente al esquema militar romano.

Probablemente la proporción de caballería en la Guardia fuera de tres turmae (unidad de 30 jinetes) por cada cohorte durante el reinado de Augusto, de cinco durante el resto del siglo I dC y hasta de diez durante el siglo III dC. Los mejores jinetes se encuadraban en una centuria especial y formaban la unidad de elite de la Guardia, los speculatores augusti, que formaban la guardia próxima del emperador, su escudo personal, son los hombres que aparecen en la película Gladiator rodeando a Marco Aurelio en la primera toma en la que aparece.

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Ilustración de Richard Hook (Ed. Osprey).

La caballería de la Guardia Pretoriana, en los escudos y en el vexillum o estandarte que porta el jinete de la izquierda se observa el símbolo de la Guardia: el escorpión.

Suetonio nos habla de un distintivo especial, la caliga speculatoria, pero desconocemos su forma, probablemente sería una sandalia normal con algún adorno. Lo que sí sabemos es que formaban una unidad especial dentro de la Guardia, con sus propios instructores. Esta unidad estaba al mando de un centurio speculatorum.

Augusto, como ya se ha comentado, fijó el servicio en dieciséis años en lugar de los veinte de las legiones. Con lo que si un legionario conseguía el traslado a la Guardia y contaba con diez años de servicio en la legión sólo tenía que servir otros seis para ser licenciado. Augusto fijó en el año 27 aC que el sueldo de sus guardias fuera el doble que el de los legionarios y sabemos que en el año 14 dC un guardia cobraba tres veces más que un legionario, 720 denarios de plata anuales frente a 225 de un legionario, una diferencia que se mantuvo hasta el final de la Guardia y que no hacía demasiada gracia a los hombres de las legiones. Tiberio instituyó una mala costumbre: las gratificaciones. En el año 31 dC se descubrió y abortó un complot del prefecto de la Guardia Sejano y Tiberio, agradecido por la fidelidad de sus hombres, les regaló 1.000 denarios a cada guardia. Tras el asesinato de Calígula, la Guardia obligó al Senado a reconocer a Claudio emperador y éste les recompensó con un extra equivalente a cinco años de paga. Esta costumbre de hacer un "regalito" a los bravos muchachos se convirtió en una tradición, con lo que no es extraño que por cada puesto en la Guardia hubiera miles de candidatos.

Generalmente los pretorianos llegaban a la Guardia desde el servicio en las legiones. Tenían que estar muy recomendados, pasar unos exámenes, reconocimientos y pruebas físicas exhaustivas y servir como aspirante o probatus un tiempo antes de ser destinado como miles gregarius al servicio en una de las cohortes. Tras años de servicio podía convertirse en inmunis, o guardia especializado en tareas de oficina o técnicas, de allí ascendía a principalis, con salario doble, tesserarius o custodio del santo y seña, optio o segundo jefe de centuria o signifer, es decir, portaestandarte. cada uno de estos ascensos significaban incremento de sueldo y privilegios añadidos. Si eran realmente buenos se convertían en centuriones, el sueño de todo guardia. Sabemos que algunos miembros del orden ecuestre, los caballeros de Roma, renunciaron expresamente a su estatus para poder optar a este puesto, ya que los oficiales inferiores sólo podían ser plebeyos. Los tribunos pretorianos alcanzaban su rango desde abajo, pasando antes por todos los escalafones. Primero debía convertirse en centurión de la Guardia, después de un tiempo de servicio podía solicitar el traslado al ejército y servir en las legiones hasta alcanzar el rango de centurión primus pilus, tras ello volvía a Roma donde era nombrado tribuno de una cohorte urbana, los Vigiles, y finalmente podía ser tribuno de la Guardia ya como miembro del orden ecuestre, como caballero romano. Como se ve, el sistema estaba concebido para atraer a los mejores, a los más experimentados. Como el tribunado sólo duraba un año, una vez finalizado podía optar por retirarse o por continuar su carrera militar en las legiones ya como oficial superior.